Distancia: 19,63 km.
Ascenso total: 1.735 m.
Descenso total: 85 m.
Altura máxima: 2190 m.
Altura mínima: 537 m.
Valoración: 7,5
Tiempo de marcha 7 h. 12 m.
No queríamos madrugar y hemos desayunado media hora mas tarde que el resto del grupo: un gran bol de café, un zumo y pan con mantequilla y mermelada casera, a las 8:30 horas ya habíamos terminado y estábamos preparados para salir. Pista asfaltada y suave hasta cruzar la aduana española para entrar en Pirineo español, la policía francesa no deja de hacer fotografías, anda el ambiente un poco revuelto por culpa del terrorismo. Dejamos el asfalto para entrar en una pista a la izquierda con un panel que indica “Valle del Oso”, nos adentramos en él, cruzamos un puente sobre el arroyo de Maudan para ascender hasta Melles, ya en el Pirineo Ariégeoises.
Cambio de ropa y crema para el sol. Continuamos por la D-44 estrecha y a media ladera del Pic de Plumieres hasta llegar a Labach. Ya en camino de tierra seguimos ascendiendo suavemente, cruzamos el arroyo de Séridède y poco después el arroyo de la Goute de Pierre-Nère.
Ascendemos fuertemente entre el hayedo, en una de las curvas adelantamos a la pareja de franceses con los que cenamos ayer. En un manantial bebemos agua con una jarra que han dejado allí expresamente para ello.
Dejamos el hayedo y penetramos en un bosque de abetos, a la salida del bosque zigzagueamos para llegar a un plano, tomamos dirección sur hasta la cabaña de Uls, buen lugar para tomar un descanso y comer después de los 1400 m. de desnivel. Descansamos y remontamos un pequeño pero duro repecho, a la derecha hay una nueva cabaña y restos de la antigua mina de blenda.
Dejamos el Pièle de Mil a la izquierda y caminamos suavemente por terreno herboso, ascendiendo suavemente hasta el Pas du Bouc, desde donde se pueden ver las crestas de la Maladeta y el Aneto.
Bordeamos el Tuc de Bouc por la derecha para llegar al col d’Auéran donde se encuentra un cartel señalizador: a la derecha al emblemático Pic de Crabère que es uno de los picos más famosos de la zona, con buenas vistas de la zona española. Ángel y yo descendemos hacia el este en dirección al Etang d’Araing donde se encuentra el refugio en el que pernoctamos esta noche.
Al fondo, y poco antes de llegar al lago se encuentra el refugio, de forma moderna y protegido con chapa, estéticamente bastante feo, aunque bien distribuido en su interior. Dejamos las botas y la mochila en la zona reservada y nos preparamos para darnos la ducha de rigor, la sorpresa es que hay que pagar tres euros por cuatro minutos de agua caliente, así que nos metemos los dos a la ducha para aprovechar el agua.
Conseguimos quitarnos el polvo del cuerpo y tomamos unas cervecitas en el exterior del refugio después de lavar algo de ropa y tenderla al sol. A las 19:30 la cena, nada del otro mundo: una sopa de verduras con mas agua que verduras, y una carne en salsa con arroz blanco, el queso si estaba bien junto con el postre, un rico pastel de chocolate. Los amigos franceses han cenado con nosotros, hemos pedido una botella de vino y la hemos bebido entre los cuatro, ellos han recogido arandanos por el campo, por lo que después de cenar han pedido el paquete de azúcar y han mezclado los arandanos con ella y la verdad que estaban muy buenos. Enseguida nos hemos acostado, a pesar de que es sábado y el refugio está lleno de gente, el resto se ha ido a dormir antes que nosotros.
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