Distancia: 11,47 km.
Ascenso total: 630 m.
Descenso total: 952 m.
Altura máxima: 2.346 m.
Altura mínima: 1.485 m.
Valoración: 7
Tiempo de marcha 6h. 10 m.
Hemos vuelto a sentarnos juntos para desayunar todo el grupo de la cena de anoche, los maños van al ref. Coma de Vaca, la chica neocelandesa vuelve a Nuria y los catalanes bajan por la garganta de Carança, nosotros teníamos pensado perder un día para bajar por la garganta y subir de nuevo por ella, nos han comentado que merece la pena recorrerla, pero hemos pensado no bajar y adelantar un poco la etapa siguiente que tenía mucho desnivel, así la hacemos en dos tramos más cómodos.
Nos despedimos y salimos, cruzamos el río Carança por un puente de madera y comenzamos un ascenso hacia el este hacia el Pla de Bassibès, cruzamos un arroyo, descendemos suavemente entre el bosque y ascendemos un poco hasta el Jasse des Clots, a partir de aquí el camino se vuelve más vertical, adelantamos a un grupo de cinco mujeres francesas y dos hombres un grupo bastante veterano de mas de cincuenta años. Llegamos a un lomo, lo seguimos por la derecha en ascenso, tomamos ahora dirección nordeste hasta llegar a una pradera, por ella alcanzamos el coll del Pal.
Hacemos un descanso para reponer fuerzas y continuamos, entramos en la Reserva natural de Mantet, bordeamos la sierra de Caret por la izquierda siguiendo las curvas de nivel hasta llegar a una cumbre por la que descendemos por un sendero de piedra suelta bastante irregular que nos maltrata las rodillas. El sendero discurre a lazadas y nos lleva hasta el fondo del valle de la Alemany, Un camino parte a la derecha y en cinco minutos nos lleva a la cabaña de l’Alemany, en el cruce paramos un momento, a pesar que he encontrado la solución a mis botas colocándole una doble plantilla, el duro descenso me ha dejando la planta del pie triturada.
Solo nos queda bajar por el valle siguiendo el curso de la Alemany para ver Mantet de frente a media ladera del Puig del Signor. Descendemos siguiendo la rivera izquierda, hasta cruzar por un badén la rivera de Mantet, ascendemos unos metros para alcanzar las primeras casas del pueblo, un bonito pueblo con edificaciones todas de piedra de construcción similar.
No teníamos nada reservado así que cuando hemos llegado hemos encontrado el gîte d’ètape Cazenove, lo lleva Angelina, hija de españoles por lo que habla muy bien castellano. Hemos compartido cena con Karl e Irma, dos holandeses que se encontraban también en el Ras de Carança, buena cena y agradable charla, un poco más tarde de lo normal nos vamos a dormir.
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