Distancia: 30,40 km.
Ascenso total: 1.294 m.
Descenso total: 1.265 m.
Altura máxima: 1.401 m.
Altura mínima: 567 m.
Valoración: 6,5
Tiempo de marcha 8 h. 45 m.
No estamos acostumbrados a estar tanto tiempo en la cama, y como normalmente a las 22:00 horas estamos acostados, alrededor de las 6:00 horas, yo empiezo a dar vueltas con ganas de levantarme. Pero hoy he hecho un esfuerzo y he aguantado hasta las 7:45 horas, Ángel aguanta mas que yo así que lo he despertado, hemos preparado el equipaje y hemos bajado a desayunar, el ya clásico café con mantequilla y mermeladas caseras, nos hemos relajado un poco más y al final hemos salido una hora mas tarde. La salida de Bonac no es por donde indica la guía en dirección sur, hay que tomar al este en un fuerte ascenso nada mas dejar las últimas casas, muy lentamente caminamos entre hayas hasta llegar a un carril que desemboca en la carretera D-704. Seguimos por ella, cruzamos la localidad de Balacet y siguiendo por ella llegamos a Uchentein, abandonamos la carretera en el pueblo para tomar un sendero a la izquierda que desciende por el valle de Lez y que desemboca en la D-4, la tomamos a la izquierda cruzamos el Lez por el puente de Bordes y continuamos la carretera unos metros
para llegar a Bordes sur Lez, hacemos una parada antes de salirnos de la D-4 por una pista asfaltada que sale a la derecha y a 200 m. salimos de la pista para tomar un sendero que enseguida asciende fuertemente hasta una canalización de agua.
Seguimos la canalización en dirección contraria al agua, pasamos por el bonito gîte d’ètape de Bouche. Durante largo tiempo seguimos la canalización de agua, abriendo y cerrando portillas, muchas de ellas electrificadas y de las que Ángel se llevó algún que otro recuerdo. La canalización alimenta la Central Hidroeléctrica de Bordes, a la izquierda según caminamos buenas vistas del valle por donde va la D-417 con pueblos como Samortein, Ayet o Aret.
Cruzamos la pasarela de Artiguenu y abandonamos la conducción para ascender por un camino forestal entre hayas y avellanos hasta alcanzar el relajante lago de Bethmale donde volvemos a retomar el gr 10 principal.
En el lago los pintores disfrutan del paisaje y del silencio. Paramos un momento para comer algo y hablar con el forestal que vigila el lago, nos dice que es un manantial, no hay arroyos ni cascadas que lleguen al lago, el agua emerge del fondo. Ascendemos fuertemente entre los árboles del bosque de Cadus y seguir paralelo a la D-17 a la que llegamos en el Pas de la Core (1.395 m.), cruce de camino y pistas: a la derecha llega la variante D del gr 10. Buenas vistas del valle que dejamos atrás, descansamos un momento para descender ahora por el valle de Salat.
El gr 10 D desciende en dirección sur, el gr 10 y nosotros por él descendemos hacia el este partiendo del monumento dedicado a los que pasaban la frontera española a los que huían de los nazis en la segunda guerra mundial. Entre helechos cruzamos de nuevo la D-17 y seguimos descendiendo por caminos suaves de hierba, helechos y zarzas a ambos lados, estas últimas cargadas de moras de las que Ángel y yo damos buena cuenta. Pasamos la cabaña de Tariolle, bosque de fresnos y avellanos, cambiamos la pista por un buen sendero y pasamos a la rivera izquierda del arroyo de Esbints, poco después llegamos al poblado de Esbints con gîte d’ètape. No hacemos un alto en el pueblo, si lo hacemos unos metros adelante donde desemboca la carretera D-817 por la que se accede al poblado. Descendemos por ella, hasta un camino que sale a la derecha en sentido contrario al que llevamos, para descender hasta un puente que cruza el arroyo, pasamos al margen derecho del río que seguimos por un bonito bosque hasta llegar a la carretera de Aunac.
El gîte d’ètape se encuentra fuera del pueblo en el alto de una loma, los perros salen a recibirnos, son dos edificaciones. Nos recibe Claudine muy amablemente, un par de coca colas nos vienen de perlas para recuperar del largo camino, se dedican a la cría y explotación de burros, tienen 37 asnos, François, su marido se encarga de ellos junto a cinco trabajadores. El porche de la casa tiene un árbol de kiwis para dar sombra y todo está rodeado de flores. Cuando llega François, tomamos una cerveza con él y charlamos un poco, nos damos una ducha y lavamos algo de ropa, luego a cenar: Jamón serrano acompañado de ensalada y una salsa parecida al salmorejo y unos lenguados rebozados acompañados de un pisto de verduras aromatizado con canela y arroz blanco, de postre una supercopa de frutas: fresas, arandanos, grosellas y frambuesas trituradas con unos bizcochos y nata, fue una cena genial. Sobre las 22:00 nos metimos en la cama.
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